Después de más de un año sin escribir en el blog hoy he
decidido volver a retomarlo. Quizás he vuelto a dar el paso porque quiero
hablar de este concepto tan conocido para todos nosotros como es el “ESTRÉS” y
que tantas veces parece querer “apoderarse” de nuestro día a día.
En fin, puede que también redacte estas líneas porque en el
fondo este, nuestro gran “aliado”, se haya entrometido en mi interior estos
meses atrás y no precisamente haya sido un estrés positivo, que lo hay, sino más bien uno negativo. No soy muy
partidaria de hablar en el blog de reflexiones “autobiográficas” pero esta vez
creo que merece la pena comenzar de este modo para que comprendáis mejor lo que
todos muchas veces decimos y escuchamos mil veces al día: “¡ESTOY ESTRESADO!”.
Hoy en día parece que el estrés es una manera de vivir. Nos
preocupamos por el precio de la gasolina, que está asfixiándonos al vivir en
una cultura basada en el coche. Nos preocupamos por si nos despiden en el
trabajo, por la situación económica, educativa, política, sanitaria… Los medios
de comunicación nos bombardean con mensajes que acentúan el desgaste emocional
que sufrimos.
Por desgracia el estrés se alimenta del estrés. Cuánto más
estresado se está, más fácil es que hasta lo mínimo afecte el estado de ánimo.
La excesiva preocupación merma nuestra capacidad para pensar y actuar con
claridad. De hecho, puede que nos hayamos acostumbrado a vivir en este estado
de “estrés” y hayamos llegado a pensar que es un aspecto “normal y corriente”
de nuestras vidas.
Sin embargo, el estrés NO es normal. ¿Qué es el “ESTRÉS”?
Se trata de un desequilibrio que sentimos en el cuerpo cuando el “sistema de estrés” se encuentra permanentemente activado.
La Real Academia Española de la Lengua define el
estrés como “la tensión provocada por
situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves”. Por otro lado,
psicológicamente se entiende por estrés la respuesta ante cualquier situación de superación de un obstáculo,
de peligro o de cambios.
Como vemos en la anterior definición, la propia
R.A.E. dice “a veces grave”. Es decir, no todas las situaciones que denominamos
“estresantes” son negativas o debilitantes. Por tanto, podemos entender que el
estrés puede ser positivo o negativo. La PSICOLOGÍA diferencia dos tipologías de
estrés, el EUTRÉS y el DISTRÉS.
Diferencias entre EUTRÉS y DISTRÉS
El EUTRÉS es un estrés POSITIVO. Por ejemplo, es la sensación que experimenta un atleta o un ciclista cuando está en la salida de meta de una competición. Como veis es un estrés puntual y más o menos a corto plazo que se experimenta en una situación concreta y que altera, en cierta manera, la emocionalidad y las sensaciones físicas (acelera el ritmo cardíaco, aumenta la sudoración, la velocidad mental…).
En nuestro ejemplo genera
competitividad, luchar por un objetivo claro, por una ambición personal, etc. Por
lo tanto, es un tipo de estrés que por ejemplo en el trabajo cotidiano nos
permite rendir bajo cierta presión y esforzarnos al máximo para acabar una
tarea importante. Pero, ¿Qué pasa si nos “pasamos de rosca” y nos ponemos al
200% durante mucho tiempo? Que nos empieza a aparecer el estrés negativo.
El DISTRÉS, por tanto, es un estrés NEGATIVO. Es el momento
en que nos sentimos completamente desbordados ante una determinada situación.
Se nos dispara una hormona denominada CORTISOL, provocándonos desconcentración,
problemas en la toma de decisiones, irritabilidad, ansiedad, falta de memoria,
falta de esperanza, agotamiento, dolores en el pecho, estómago, nauseas,
diarrea o estreñimiento, falta de apetito, problemas en el sistema inmunitario,
etc.
De este modo, ¿CÓMO PODEMOS PREVENIR y EVITAR EL DISTRÉS?
- - Llevar a cabo una práctica deportiva regular
- - Realizar una o dos veces por semana yoga
- - Tener un pensamiento positivo e intentar ver el
vaso medio lleno y NO medio vacío.
- - Llevar a cabo una alimentación saludable y
equilibrada, con predominio en el consumo de frutas y verduras.
- - Tener apoyo social.
- - Intentar no ser melodramático y reír mucho más.
- - Ser activo.
- - Apoyarse o buscar ayuda de profesionales.
Finalizo esta entrada, aportando alguna bibliografía
interesante para que podáis consultar leer o mirar si estáis pasando por alguna
fase o situación de DISTRÉS:
-
“El juego interior del estrés” W. Timothy
Gallwey
-
“Tus zonas erróneas”
-
“El arte de vivir bien” Svevo Brooks.
-
“Vivir sin prisas”. Linus Mundy
-
“El arte de amargarse la vida” Paul Watzlawick
-
DOCUMENTAL: “Estrés: el retrato de un asesino”.