CARTA DE UN SÍNDROME SOCIAL LLAMADO "VIRUS"

Me gustaría compartir con tod@s vostr@s el relato que he presentado al "I Concurso de relatos del Colegio Oficial de Psicólogos de Aragón". 

Se llama "CARTA DE UN SÍNDROME SOCIAL LLAMADO VIRUS". En el expongo que el actual coronavirus, al igual que pasó con el SIDA, puede provocar sobre la población un síndrome social que todos conocemos como estigmatización social.


A continuación, lo podréis leer y me gustaría recibir vuestras opiniones hacia el mismo.

"Octubre, 1981

Querida Patricia, me llamo SIDA, quiero contarte que llevo desde Junio en las calles de EEUU, 4 meses después, ya he llegado a España. Bueno, de momento no saben que soy el SIDA, pero en unos meses lo irán descubriendo.

Te escribo, para anticiparte que cuando empiecen a investigar la gran velocidad de mi propagación y los síntomas que se derivan de mi contagio, toda la población va a entrar en pánico. ¡Ah!, ya te adelanto que las consecuencias directas en el plano psicológico y social serán especialmente graves.

Para que te anticipes, como psicóloga, a estas consecuencias, te las voy a describir.

Por un lado, tendremos a las personas que se contagien y por otro, al resto de la sociedad. En las primeras, los síntomas más comunes que aparecerán serán: tristeza, depresión, ansiedad, sentimientos de soledad, culpabilidad, vergüenza, ideación suicida, miedo al rechazo social e incluso familiar.

El resto, te puedo asegurar, se salpicará una desconfianza que se traducirá en rechazo al afectado/a, produciendo uno de los síntomas sociales que alenta de manera indiscriminada la emoción que más daño hace, el odio. Este síntoma, es el que la psicología social conceptualiza como estigma social. Un estigma que va a quedar impregnado en vuestras calles durante unas cuantas décadas y sino, ya me lo contarás.

Marzo, 2020

Querida Patricia, te escribo, 40 años después, porque he vuelto a instaurarme en vuestro país. Ahora, en forma de otro virus que os va a desconcertar, el SARS COV-2, comúnmente conocido como CORONAVIRUS. La diferencia con el SIDA es que esta vez vengo de China, y además, como coronavirus contagio y como VIH trasmito, pero la propagación es de similar magnitud en ambos.

Cuando te hablo de contagiar quiero decir que puedo estar en el medio ambiente y que cualquier persona que entre en contacto con ese medio infectado se contagie. Por el contrario, cuando digo transmisión, pretendo explicar que el patógeno dura muy poco tiempo en el medio natural y que es muy difícil trasmitir el virus a otro si no es mediante un reparto de fluidos (secreciones vaginales o sangre). Eso sí, en vuestra sociedad actual, con los tratamientos antirretrovirales, la enfermedad física del SIDA está prácticamente superada y controlada. Pero, como ya te expresé, la psicológica y social no. Esto es lo que podrá pasar conmigo como coronavirus, aún es pronto para apresurarme a afirmar esta predicción.

Te narro estas palabras para anticiparte, al igual que la otra vez, sobre las consecuencias psicológicas y sociales que podrían ir apareciendo con mi presencia.

Primero, te explico por las etapas que muchas personas pasarán.
1º Se entrará en un estado de “shock”, al “pillaros por sorpresa”
2º Muchos/As “negarán” que yo esté aquí, en un país desarrollado.
3º Aterrizará un “miedo tóxico”, una “histeria colectiva”: ¿y ahora que va a ser de nosotros/As?
4º Brotarán emociones como la incertidumbre, el desasosiego y la aceptación de la realidad.
5º Con el tiempo se comenzará a normalizar esa realidad, a crear nuevos estilos de vida y a aceptar que me voy a quedar durante mucho tiempo.

Asimismo, como Covid-19 habrá muchas personas que se infectaran y otras que no. A diferencia del SIDA, habrá gente contagiada que ni ellos/As mismas lo sabrán, lo que llamarán los especialistas “asintomáticos”.

Respecto a las personas contagiadas, unas cuantas morirán, como pasó cuando era SIDA, y otras que estarán graves pero sobrevivirán. Estas últimas, te adelanto, sufrirán daños psicológicos y sociales muy duros como cuando aparecí en los años 80. Estos provocarán ansiedad, tristeza, miedo a salir a la calle, al rechazo social por haber estado contagiado/a, culpabilidad, vergüenza… - ¿no te parece muy similar a cuando vine como sida?-.

En cuanto a la población no contagiada o “asintomática”, probablemente un alto porcentaje, comience a experimentar angustia por acercarse al que ha estado enfermo/a. Creerán que si se aproximan a esta persona acabaran infectados/As, es decir, lo que los psicólogos/As conocéis como “profecía autocumplida”. Esta profecía se acabará traduciendo, por tanto, en estigma social. -¡Ah! Igual que pasó y que sigue pasando con los infectados de VIH-.

Aquí te dejo, espero noticias tuyas.

Después de estas 2 cartas, creí conveniente responder a este virus.

Mayo, 2020

Hola SIDA, Hola CORONAVIRUS, Hola ESTIGMATIZACIÓN SOCIAL.

Ha llegado el momento de contarte como se está viviendo tu presencia en “nuestras carnes”, en “nuestras mentes”, “en nuestra moralidad colectiva”.

Te avanzo que desde 1981 hasta hoy la discriminación, de todas las personas a las que has infectado, parece que sigue siendo incurable. Cuando llegaste en los 80 las personas que vivían con el VIH recibían pintadas en los portales de sus hogares, con frases y palabras con una coyuntura extremadamente negativa (asqueroso, infeccioso, vete de aquí…). Resulta, que en estos últimos 2 meses, estas pintadas han reaparecido, dirigidas a vecinos/As que han sido contagiadas por ti e incluso a personal sanitario que lucha cada día para combatirte y curar a la población.

Cuando llegaste como SIDA, las marcas físicas que producías eran visibles, eso de por si ya produjo el rechazo social. Esta vez, como sars covid-2 no has producido estas evidencias físicas, pero si has hecho que las personas contagiadas tengan que aislarse para no propagar el virus, no puedan asistir al trabajo, tengan que salir tras la cuarentena bien protegidos/As, y esto como psicóloga, me preocupa. Preocupada por lo que va a acaecer estos meses y años posteriores. Atemorizada por el acrecentamiento de formas de etiquetaje como las que han ido sucediendo desde los años 80.

De momento, no existe evidencia científica, ni guías prácticas o manuales psicológicos que nos aporten información para el devenir futuro tras la pandemia actual que has provocado. Entonces, te pregunto ¿qué debemos de saber y aprender los especialistas para hacer frente a esta situación? Y ¿crees que sería posible fomentar un modelo de psicología en red para combatir la estigmatización y el rechazo social? Un modelo que nos haga sentir parte de un colectivo, que ahora más que nunca necesita estar unido para hacer frente a unos años que van a ser emocionalmente inciertos. Como expresó Hellen Keller “solos podemos hacer poco, juntos podemos hacer mucho”."