PEDAGOGÍA DEL DUELO TRAS LA VUELTA A LAS AULAS

 EL MIEDO A LA MUERTE

La muerte forma parte de la existencia humana, al constituir la fase que finaliza el ciclo vital de todos los seres vivos. El filósofo francés, Jean de la Bruyere, decía que “la muerte solo viene una vez, pero está presente a lo largo de toda nuestra vida”

Los niños y niñas de nuestra cultura, con y sin diversidad funcional, pasan años y años sin reflexionar sobre la muerte, sin aprender a afrontar el duelo. Estamos constantemente oyendo y afirmando frases del tipo: “pobrecitos, no se enteran…”; “mejor no lo hablamos y así no sufre”; etc.

Del mismo modo, tomamos decisiones que no nos corresponden, que son suyas: “mejor que no vaya al hospital, no se lo contamos, así no sufre…” Al tratar de protegerlos, les volvemos más temerosos.

Por ello, el miedo a la muerte es APRENDIDO, ya que este no forma parte de los miedos típicos que emergen evolutivamente en la infancia, tal y como tener miedo a la oscuridad, a los monstruos, a los animales grandes, a separarse de los padres, etc. En este sentido, los adultos (familias, docentes, orientador@s…) desempeñamos un rol fundamental a la hora de explicar a los pequeñ@s que la muerte forma parte del ciclo de la vida.


 LA MUERTE EN LA INFANCIA

Los niñ@s a partir de los 6-7 años van mejorando las capacidades cognitivas. De aquí en adelante irá madurando su sistema nervioso, desarrollando áreas prefontrales del cerebro que son las responsables de las funciones cognitivas superiores. ¿Esto que quiere decir? Qué a partir de esta edad tod@s niñ@s son capaces de entender la muerte. Sin embargo, pueden tener dificultades con emociones complejas asociadas a la perdida, como la culpa o la impotencia.

Por ejemplo, en la época de crisis sanitaria que estamos viviendo, habrá niñ@s que habrán sufrido la muerte de algún ser querido por la covid-19 (abuel@s, ti@s, padres, madres, etc), estos chicos y chicas pueden comenzar a experimentar la “culpa del supervivienteun aspecto que puede “patologizar” su proceso de duelo y arrastrarse hasta la etapa adulta.

Por ello, es muy importante que “NO les quitemos el duelo”; es bueno acompañarles en este proceso, y no negarles el derecho a expresar sus sentimientos, es necesario que lo hagan. Hay que explicarles que la emoción de la tristeza es natural, que es mejor hablar de ella y sentirla que negarla y guardarla dentro, creyendo que no está ahí, y en el futuro la herida puede rebrotar.

 

El DUELO

En una entrada anterior, os hable del duelo y las etapas del mismo, podéis consultarlo en este enlace, pinchando aquí

En cuanto a PAUTAS del DUELO os expongo algunos ejemplos para tener en cuenta:

            1. Tomar conciencia y que se les permita sentir

            2. Normalizar (sin juzgar)

            3. Trabajar la culpa

            4. Focalizar y centrarse en actividades cotidianas

            5. Pautas de autocuidado: dormir, comer, ejercicio físico, actividades de ocio y tiempo libre…


MUERTE EN LA ESCUELA

En el centro educativo es donde se desarrolla gran parte de la vida de los y las niñas. Es precisos que la intervención psicoeducativa ofrezca respuesta y atienda a las necesidades individuales de los y las alumnas que están pasando por un proceso de duelo.

Siguiendo la definición clásica de Levinton (1977), la educación sobre la muerte es un proceso de desarrollo en el cual se transmite conocimiento relacionado con el fenómeno de la muerte y sus implicaciones.

Esta educación para la muerte debe tener una doble vertiente: preventiva y paliativa.

Preventiva: debemos enseñar a los niños y niñas a expresar sus sentimientos, a manejar la vulnerabilidad, el miedo en general, y los temores específicos asociados a la muerte.

Paliativa: se desarrollaría una vez que el evento trágico haya sucedido o cuando haya posibilidades inminentes de que ocurra. Ello implica la elaboración de protocolos de actuación que incluyan actividades de expresión emocional relacionadas con la defunción, y que faciliten los procesos de duelo ante pérdidas significativas. (Feijoo y Pardo, 2003).

 

EN RESUMEN…

El abordaje de una pedagogía de la muerte requiere que las escuelas organicen un andamiaje en el que participen el equipo educativo al completo, y por supuesto las familias, y que todos los profesionales implicados conozcan cuáles son los pasos a seguir en esta actuación y cómo hacerlo del modo más acertado.

Cuando la noticia llega al centro escolar, deberá activarse el plan de actuación para que desde la escuela el niño/a reciba el apoyo necesario en este proceso. La intervención puede estar apoyada por el o la Orientadora, el o la profesora tutora y el equipo de intervención en duelo como coordinadores, si el colegio ha previsto este grupo de trabajo entre su equipo como recurso de apoyo para esta intervención.


A continuación, os ilustro unos pocos ejemplos de RITUALES que se pueden abordar en el centro educativo para tratar la muerte:

-          -  Escribirle una carta a ese ser querido que ha fallecido.

-          -  Pintar, dibujar, hacer un mural, un álbum de fotos

-           - Plantar un árbol

 

Como dijo Doug Manning “El duelo es tan natural como llorar cuando te lástimas, dormir cuando estás cansado, comer cuando tienes hambre, estornudar cuando te pica la nariz. Es la manera en que la naturaleza sana un corazón roto”.

 

Referencias bibliográficas:

Gorosabel-Odriozola, M., y León-Mejía, A. (2016). La muerte en educación infantil: algunas líneas básicas de actuación para centros escolares. Psicología Educativa, 22(2), 103-111. DOI: 10.1016/j.pse.2016.05.001

Kübler-Ross, E. y Kessler, D. (2006). Sobre el duelo y el dolor, Ediciones Luciérnaga